En nombre del amor

La estafa romántica y otros riesgos

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Del amor a la tristeza, de la curiosidad y el deseo a la humillación. Riesgos, amenazas y otros males en la era de las relaciones mediadas por aplicaciones.

Photo by Belinda Fewings on Unsplash

¿Qué es cierto y qué es falso?

De no haber sido por Tinder, Valentina y Agustín no se habrían conocido. Su historia de amor comenzó un día de verano de 2020, cuando Valentina navegaba en la popular aplicación de citas. Después de un par de deslizamientos a la izquierda, un perfil copó su atención. Agustín era un pibe encantador.

Comenzaron a chatear y rápidamente descubrieron que tenían mucho en común. Cuanto más se conocían más hablaban. Se comunicaban bastante, todos los días. Compartían sus pasatiempos, intereses, aspiraciones. Agustín era amable, atento y siempre sabía qué decir para hacer sonreír a Valentina.

Pasaron tres semanas o un mes hasta que la virtualidad quedó corta: Agustín le propuso a Valentina que se reunieran en persona. Ella estaba tan nerviosa como emocionada. Un buen día se encontraron en un café del centro. Fue un flechazo mutuo, el comienzo de una hermosa relación.

La química entre ellos era palpable. Hablaban, se reían, disfrutaban de su mutua compañía. Pasaron unos meses. De a poco el humor de Agustín cambió. La emoción que al principio no podía disimular se fue transformando en una especie de vacilación, de preocupación. No era ella ni la relación, le aseguró él, sino su problemas económicos. No se los podía sacar de la cabeza.

Valentina confiaba en él y por eso no dudó en prestarle dinero cuando él se lo pidió. No le sobraba, pero tampoco le faltaba. A la semana volvió a pedirle plata. Agustín no levantaba cabeza. Los pedidos se hicieron cada vez más comunes.

Un día Agustín desapareció sin dejar rastro.

Pasaron dos meses hasta que Valentina recibió un mensaje en el que alguien le exigía más dinero a cambio de no publicar fotos íntimas suyas. Junto con el texto llegó una foto: ella desnuda junto con Agustín. Valentina se asustó, no sabía qué hacer. No quería que sus fotos privadas fueran compartidas en las redes sociales, pero tampoco tenía el dinero que le estaban pidiendo.

Decidió contarle a una amiga lo que estaba sucediendo. Fueron horas y horas de charla y llanto. Le costó mucho asumir que había sido estafada. Que por más real que lo hubiera sentido, su amor con Agustín era una mentira, un engaño. Él mismo era un fake. Se sintió traicionada y humillada. Finalmente se armó de valor y denunció el caso ante la app y las autoridades, que iniciaron una investigación. Nunca encontraron al estafador.

¿Qué es cierto y qué es falso?

Falsa es la historia entre Valentina y Agustín.

Pero real es la problemática que atraviesa esa historia: 1 de cada 5 usuarios latinoamericanos de apps de citas fueron engañados por un perfil falso.

El dato lo dio a conocer en la víspera de San Valentín la empresa de ciberseguridad Kaspersky, a partir de una encuesta realizada en varios países.

El “54% de los argentinos ha utilizado una app de citas en alguna ocasión y cerca del 15% ellos admitió haber sido estafados o engañados con un perfil falso”, describe el informe.

“Adicionalmente, uno de cada 10 de los encuestados en la región (12%) admitió haber sido objeto de doxing, la práctica de hacer pública y subir a Internet la información privada de una persona (nombre, datos personales, información financiera, dirección, etc.), y que también puede incluir la venta de datos personales en los mercados clandestinos en la web”.

Entre los riesgos principales de la llamada “estafa romántica” -una versión edulcorada del “cuento del tío”- se destaca la recepción de enlaces o archivos adjuntos maliciosos (23 %) y el robo de identidad (18%), entre otros.

Según la investigación de la firma rusa, el 11% de los entrevistados fue víctima de que su “match” compartiera capturas de pantalla de su conversación sin su consentimiento, amenazara con información personal que encontró en línea, filtrara sus fotos íntimas o les acosara en la vida real.

De todas maneras, el problema más extendido es el ciberacoso: “el 17% de los encuestados admite que han sido acosados en las redes sociales por una persona con la que no hizo match”.

¿Las recomendaciones para evitar caer en la trampa? Cautela al revelar información personal y ser consciente de los riesgos que compartir datos sensibles con extraños puede significar para ellos al corto y largo plazo.

“El acceso a datos personales como la dirección, lugar de trabajo, nombre, número de teléfono, etc., por personas malintencionadas aumenta los riesgos de trasladar las amenazas del mundo virtual al físico”, advierte Eduardo Chavarro, especialista de la empresa rusa.

El amor…

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